Rey blancoCada año, viendo el desfile de Reyes, me impresiona la excelente y masiva organización del evento. Tanta actividad, tanta preparación, tanto movimiento, y que se concentre todo en una sola noche, incluyendo el desfile y todo el reparto de regalos, me parece algo increíble. Me llena de envidia. Y me hace pensar en cómo podemos llevar una parte de esa magia, aunque sea pequeña, a nuestros negocios, a nuestro trabajo del día a día. Mi conclusión es que hay aspectos muy concretos en los que nos podemos inspirar para mejorar, ni que sea un poquito, la vida de nuestros clientes.

1. El efecto “Uaaau”

En el desfile todo es espectacular: las carrozas, los vestidos, los pajes, los sacos de caramelos, las pilas de regalos… Son incontables las bocas que se abren impresionadas ante tanta magnificencia.

Podemos intentar hacer lo mismo en nuestra tienda. Cuidar los detalles, vestir mejor los productos, dar mejor información. Ir un paso más allá en la presentación, en el diseño, en hacer que sea útil y atractivo.

No se trata sólo de añadir cristales de colores, sino de hacer que toda la experiencia sea “más”, que el cliente vea que realmente le queremos impresionar.

2. Personalización extrema

Cada niño tiene sus regalos, que son diferentes de los de cualquier otro niño. No es que cada uno sea hecho a medida, sino que es la selección la que es completamente exclusiva. Cada niño recibe regalos en función de lo que ha pedido en su carta, cómo se ha portado, y lo que necesita. No hay dos niños que reciban los mismos regalos.

En nuestra tienda debería ser igual: no hay dos clientes iguales – ¿por qué entonces deberían todos recibir el mismo trato? Tenemos mucha información de cada cliente: su historial de compras, los datos que ponen en el registro, y les podemos pedir mucha información. Tenemos que recoger esta información, y utilizarla para que cada cliente reciba su propia experiencia, adecuada a sus preferencias y a sus necesidades de cada momento.

3. Participar es fáaaacil

En la fiesta de Reyes, basta con enviar la carta, ser bueno e irse a dormir temprano. Los pajes reales se encargan de gestionar todo: la logística de almacenar y mover millones de productos, distribuirlos en un tiempo récord, y entregarlos con precisión y en absoluto silencio a los niños correctos.

Más allá de la impresionante precisión de la operación, lo que me interesa es que, para el cliente, es muy fácil participar, los pajes se encargan de todo.

Podemos intentar hacer lo mismo en nuestra tienda – facilitar la vida al cliente, que le sea muy fácil encontrar un producto, decidirse a comprarlo, que no tenga dudas, que no tenga que hacer nada especial para recibir lo que necesita. Si al cliente no le es fácil comprar, no comprará.

4. La leyenda

No es sólo la fiesta, es toda la historia que la envuelve y la precede, todos los detalles que se comentan en voz baja, las visiones a hurtadillas, las apariciones inesperadas de los Reyes, las historias acerca de la alimentación y preferencias de los camellos, anécdotas sobre los pajes…

A las personas nos encanta escuchar historias – pensemos en cómo podemos dotar a nuestra tienda de esta dimensión. No hace falta inventar nada, sólo darle un toque personal, humano.

5. La apertura de los regalos

Hay un segundo momento ¡Uau!, que es la culminación de todo el proceso: el descubrimiento y la apertura de los regalos que los Reyes han dejado. Da igual que sean muchos o pocos, hay una expectación extrema, no hay ni un detalle que pase por alto, todo contribuye a aumentar la magia del momento.

Podemos incorporar parte de esa magia a nuestra tienda, diseñando y cuidando hasta el más mínimo detalle el momento en que el cliente recibe el producto o servicio que ha comprado, y el primer momento en que lo usa. El producto, el embalaje, la documentación, el proceso de entrega, todo contribuye a esa experiencia, todo puede ayudar a que sea un momento mágico, o algo prosaico, sin nada especial a mencionar. El cliente tiene una gran expectativa (ilusión) sobre lo que va a recibir (aunque realmente tiene pocas esperanzas de recibir una gran experiencia) – cualquier detalle va a ser percibido, cualquier cosa que añadamos va a recibir toda la atención.

6. Pero hay algo que podemos hacer mejor que los Reyes

Y es que, si queremos, podemos crear un día de Reyes en cualquier momento. Cada día puede ser Reyes para un cliente, y darle una parte de la magia.

Conclusión

Espero que estés disfrutando tanto como yo del día de Reyes, que no te hayan traído mucho carbón, y que pueda ser una fuente de inspiración para el día a día. Como he dicho antes, el secreto está en los detalles, las pequeñas cosas que pueden marcar una gran diferencia.

Feliz día de Reyes,

Xavier Paz